Este juego consiste básicamente en una persecución policial con coches de juguete.
En un terreno arenoso se dibuja un entramado de calles o caminos. Se sitúan en el plano una comisaría, un banco y una salida.
Hay un coche de ladrones y tres o cuatro de policía, debiendo acorralar estos al ladrón antes de que llegue a la salida.
Antes de comenzar el juego los policías esconden dos o tres bombas en sitios estratégicos sin que el ladrón sepa su ubicación.
Los policías comienzan el juego desde la comisaría y el ladrón desde el banco, debiendo llegar a la salida sin ser acorralado y sin pasar por encima de ninguna bomba.